En la
etapa inicial, solo se afectan las capas superficiales
de la retina ocasionando una pequeña disminución
de visión, distorsión de imagen leve o alteración
de los colores. Pero cuando la enfermedad avanza, la pérdida
visual aumenta y ocasiona un “área gris”
en el centro del campo visual.
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El diagnóstico
lo realiza el oftalmólogo, primero con un exámen
completo y luego lo confirma con una tomografía de
coherencia óptica (OCT).
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En algunos
casos, la pérdida visual puede ser detenida con un
procedimiento quirúrgico llamado Vitrectomía,
el cual consiste en extraer el humor vítreo (causal
del problema) y reemplazarlo con gas o aceite de silicona,
según necesite cada caso.
El gas se absorbe lentamente con el tiempo, pero el aceite
de silicona debe extraerse unos meses después con
un segundo procedimiento.
Si la enfermedad es detectada tempranamente su cirujano
tiene grandes posibilidades de detener su enfermedad y restaurar
su visión, siempre que la consulta con un especialista
sea a la brevedad |
